“…Vivir el amor fecundo que no cansa y ser motivo de celebración…”

Nosotras las Hermanas Catequistas Franciscanas y postulantes, hemos vivido un momento muy fuerte en este domingo, día Mundial de las Misiones.

Fuimos testigas del amor fecundo y de la entrega total de nuestras hermanas, en la comunidad de Pueblo Nuevo Viñas, Guatemala. Fue motivo de gran celebración de Acción de Gracias por haber vivido, intensamente, ocho años con este pueblo de “alma misionera” ¡Nuestro corazón está lleno de sentimientos de mucha gratitud!

Gratitud a todas las hermanas que allí han vivido y han bebido de la fuente de este pueblo. Agradecemos de modo muy especial a las hermanas Gabriela Lourdes Noj Nij, Lourdes Tereza Crestani e Maria Fiamoncini. Gracias, hermana por tu fidelidad, entrega y hacer de esta vivencia, fuente de inspiración, para seguir construyendo creativamente nuestra historia, en el contexto de reorganización.

Gratitud a Dios que nos ha brindado este suelo sagrado para vivir nuestro carisma desde el rostro propio de esta cultura. Muchísimo aprendimos desde su fuerte resiliencia, frente a tanto descaso, exclusión y abandono. Hoy reconoce su valor y cuanto de conciencia han crecido en el cuidado de nuestra madre tierra y todo lo creado. Si, fue una enseñanza mutua…

Entre lágrimas y aplausos, hemos cantado con toda fuerza “Llévame donde los pueblos necesiten tus palabras (…) Llévame donde falte la esperanza, donde falte la alegría simplemente por no saber de ti.

Fue un gran envío colectivo y mutuo. Enviamos la comunidad misionera, laical y comprometida, desde su bautismo. Y nosotras nos sentimos enviadas e fortalecida por la comunidad, por su cercanía, cariño, desapego y seguir “en marcha, cantando y predicando lo bello que es tu amor, Señor…”